noviembre 01, 2012

Morir no es fácil. Sin embargo llega un momento en el que la muerte deja de asustarte. Lo que da miedo es volver a la esperanza, ese pellizco de celulosa y oro que nos mantiene en el camino. Pero nadie hace fotos del camino. Sólo hay fotos de la cima, sonrientes y felices de llegar, sonriendo con el bisturí en la mirada seccionando amenazas. Deseo esa anchura en la que el dolor se diluye entre los dientes blancos y la garganta se esponja, en la que se espera la muerte, seguros de su llegada, como quien espera la lluvia en noviembre
MARIA JESÚS SILVA

1 comentario :

Tesa Medina dijo...

Pues como en los viajes, la vida no deja de ser otro viaje con un destino seguro, lo importante es el camino.

Y ya lo dijo el poeta, se hace camino al andar. Las cimas son solo para la foto de recuerdo, nadie se queda a vivir mucho tiempo allí.

Hay que atreverse a tener esperanza; y a la muerte ni temerla ni desearla.

Me gusta mucho que publiques tus textos, Ada.

Un abrazo,