junio 07, 2011


He ignorado la gravedad de construir un territorio seguro en el perímetro de tus manos,

al pie de las costuras, junto a los besos de los lunes.

Seguimos arrastrando la duda y el desorden, la prisa de un instante.
Seguiremos proyectando sobre un plano gastado las columnas que sujetan la arquivolta del deseo 
en el último vértice.

El sonido crepitante del abedul avisa de las cinco esperanzas que nos quedan,
clava agujas en el porvenir desdibujando la hipotenusa de lo bello,
la locura de silenciar el secreto hasta el infinito y arrancar los ojos acusadores
que nos condena al gabinete de lo prohibido.

Ayer secuestramos a los pájaros para alargar las horas y el sueño
pero nuestro tiempo tiene hoy dos brazos menos.
El vértigo de mañana nos asusta.
No hay mañana.

Nosotros nunca tuvimos un mapa con futuro.

MARÍA JESÚS SILVA

6 comentarios :

Marian Raméntol dijo...

Esta vez soy yo la que me quedo saboreándote...

Un abrazote
Marian

J. Jorge Sánchez dijo...

Gran final, Mª Jesús.

Mos dijo...

Buen texto, Ada. Para leerlo y leerlo de nuevo. Para sentir cada palabra y empaparse de sentimientos.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.

Tesa Medina dijo...

"Ayer secuestramos a los pájaros para alargar las horas y el sueño

El vértigo de mañana nos asusta.
No hay mañana.

Nosotros nunca tuvimos un mapa con futuro"


Voy leyendo cada verso con placer pero al llegar a estos últimos que aquí copio me quedo extasiada, son intensos y geniales, Ada.

No hay que asustarse de sentir hay que exprimir el deseo y ver que hay después, sin miedos.


Un abrazo, Ada, me gusta mucho que pongas tus textos.

Cuto dijo...

Disfruto de la lectura.
Me lleva lejos.

Bxs

José Ángel dijo...

Poderosas imágenes finales, María Jesús, gracias por compartir tus versos.